Año 2001. PRÓLOGO de BÍLBILIS, MANANTIAL DE INGENIOS Es
Calatayud cuna frecuente de ingenios. Junto a los dos
máximos, Marco Valerio Marcial y Baltasar Gracián, cuyo
cuarto centenario de su nacimiento estamos celebrando,
muchos han visto la luz en el último siglo y medio.
Entre otros, ya fallecidos, Vicente de la Fuente y
Eduardo Ibarra, historiadores; Sixto Celorrio, Juan Blas
y Ubide, José María López landa, Francisco Lafuente
Zabalo, escritores, festivos alguno; Pascual Marquina,
músico; periodistas de raza, como Darío Pérez; joteros
como Dámaso Salcedo e Hilario Gállego "El
Bolero", Manuel Navarro Rubio y Romualdo Aranda,
llamado "Sansón de Zuera", pero nacido en
Bílbilis; los matemáticos Marco Montón y Sánchez
Pérez; muchos médicos con más talento que el necesario
para su propio oficio (Narciso Pujalá, Francisco del
Río, José Galindo, vivo por fortuna, que cito por
recientemente jubilado, como Santiago Lorén, que, aunque
Zaragozano, a orillas del Jalón dio muestras de su
polivalente inteligencia); los poetas y escritores A.
Raimundo Sierra, Muñoz Callejero, Montón Puerto, buen
colaborador del Ateneo, y los muchos citados por el autor
de este libro en su Antología de poetas
bilbilitanos (1969). * * * Me correspondió presentar en Zaragoza, hace tres años, La Dolores:- Algo más que una leyenda y, como "justo castigo", me encomienda, ahora, el bueno de su autor apadrinar el último fruto de su "matrimonio con Dolores ", trabajo agotador para otro que no fuera él. En este libro La Dolores en coplas, canciones y poemas, resume y ordena muchas de sus investigaciones y las da a la luz con generosidad excesiva (con la que, en varios casos, no estoy de acuerdo), acaso con pretensión lógica de exhaustividad para incluir toda copla, poema o texto que mencionase la Dolores, aunque su calidad fuese tan escasa en forma como en contenido. Pero ... así es la bondad, y la ascética de esa bondad, de Antonio Sánchez Portero. Este es su único pecado, en la vida y en esta obra. De admirar y de agradecer en este libro es el esfuerzo y la inquietud intelectual puestos en juego por Sánchez Portero; el rigor en la búsqueda de tan abrumador cúmulo de datos y documentos; más aún en la selección a la hora de exponerlos; por último, pero no lo último, la frescura y la gracia expositiva que convergen en el libro que el lector amigo tiene, por fortuna, en sus manos: La obra de Antonio Sánchez se mueve siempre, por instinto personal, y por gentileza hacia sus lectores, entre la variedad y el monografismo. Tras haber demostrado que no es hombre de un solo verbo, Antonio Sánchez Portero ha sabido concentrar su actividad literaria en un tema que enriquece uno de los costados culturales de su Calatayud. ¡Qué Santa María del Pilar y la Virgen de la Peña te acompañen siempre!; ¡a ti, querido amigo Antonio, y a tus lectores! Día de San Roque, IV Centenario Fernando Solsona
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