Portada del libro: "LA DOLORES EN COPLAS CANCIONES Y POEMAS"Año 2001.

PRÓLOGO

de
Fernando Solsona Motrel

BÍLBILIS, MANANTIAL DE INGENIOS

Es Calatayud cuna frecuente de ingenios. Junto a los dos máximos, Marco Valerio Marcial y Baltasar Gracián, cuyo cuarto centenario de su nacimiento estamos celebrando, muchos han visto la luz en el último siglo y medio. Entre otros, ya fallecidos, Vicente de la Fuente y Eduardo Ibarra, historiadores; Sixto Celorrio, Juan Blas y Ubide, José María López landa, Francisco Lafuente Zabalo, escritores, festivos alguno; Pascual Marquina, músico; periodistas de raza, como Darío Pérez; joteros como Dámaso Salcedo e Hilario Gállego "El Bolero", Manuel Navarro Rubio y Romualdo Aranda, llamado "Sansón de Zuera", pero nacido en Bílbilis; los matemáticos Marco Montón y Sánchez Pérez; muchos médicos con más talento que el necesario para su propio oficio (Narciso Pujalá, Francisco del Río, José Galindo, vivo por fortuna, que cito por recientemente jubilado, como Santiago Lorén, que, aunque Zaragozano, a orillas del Jalón dio muestras de su polivalente inteligencia); los poetas y escritores A. Raimundo Sierra, Muñoz Callejero, Montón Puerto, buen colaborador del Ateneo, y los muchos citados por el autor de este libro en su Antología de poetas bilbilitanos (1969).
Pero son muchos los bilbilitanos vivos que destacan en varias disciplinas del panorama español (no la menos, la alta proporción de ciudadanos de Calatayud o alrededores formados en la Academia Izquierdo, que llenan de altos ejecutivos de banca el Norte y Este de Iberia). El ingenio natural de los nacidos a orillas de ese Nilo fecundante, que es el Jalón, les empuja, "por rebosamiento", a que su cerebro segregue muchas capacidades, además de las propias del oficio, que han hecho escribir aquello de que "Sabe más el necio de Calatayud que el más cuerdo de otra patria". Así el caso de Pedro Montón, comerciante en combustibles; Pascual Navarro y Raimundo Sierra, impresores; y otros varios.
Antonio Sánchez Portero, bilbilitano, nacido en 1934, perito mercantil, principal de su establecimiento (principal según la terminología clásica, esto es, propietario que trabaja en su negocio), sintió la aventura literaria (la novela; el ensayo; el cuento, aunque no ejerza la actividad de cuentista; el artículo, que los vendía, pero los de su comercio) pasados los veinte años, dando a luz Los solteros (1961) y regalándonos (1969) la estupenda Noticia y antología de poetas bilbilitanos. Como humanista de Calatayud, nada de lo bilbilitano le podía ser ajeno (según el clásico apotegma de Terencio) y el tema, tan fértil (según ha demostrado él mismo) de la Dolores le atrajo pronto. Tras sus dos primeras obras ya citadas (1961 y 1969), Sánchez Portero enfocó sus afanes y curiosidad intelectual, su enorme laboriosidad y su exquisito rigor, en la búsqueda de datos del mito, popularísimo, de la leyenda o realidad de la Dolores, cuya apasionada, y apasionante, vida ha engendrado un patrimonio cultural que se ha visto incrementar en cantidad, más aún en calidad, en el último cuarto de siglo, en lo que buena parte de la "culpa" la tiene Antonio Sánchez.

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Me correspondió presentar en Zaragoza, hace tres años, La Dolores:- Algo más que una leyenda y, como "justo castigo", me encomienda, ahora, el bueno de su autor apadrinar el último fruto de su "matrimonio con Dolores ", trabajo agotador para otro que no fuera él.

En este libro La Dolores en coplas, canciones y poemas, resume y ordena muchas de sus investigaciones y las da a la luz con generosidad excesiva (con la que, en varios casos, no estoy de acuerdo), acaso con pretensión lógica de exhaustividad para incluir toda copla, poema o texto que mencionase la Dolores, aunque su calidad fuese tan escasa en forma como en contenido. Pero ... así es la bondad, y la ascética de esa bondad, de Antonio Sánchez Portero. Este es su único pecado, en la vida y en esta obra.

De admirar y de agradecer en este libro es el esfuerzo y la inquietud intelectual puestos en juego por Sánchez Portero; el rigor en la búsqueda de tan abrumador cúmulo de datos y documentos; más aún en la selección a la hora de exponerlos; por último, pero no lo último, la frescura y la gracia expositiva que convergen en el libro que el lector amigo tiene, por fortuna, en sus manos: La obra de Antonio Sánchez se mueve siempre, por instinto personal, y por gentileza hacia sus lectores, entre la variedad y el monografismo. Tras haber demostrado que no es hombre de un solo verbo, Antonio Sánchez Portero ha sabido concentrar su actividad literaria en un tema que enriquece uno de los costados culturales de su Calatayud. ¡Qué Santa María del Pilar y la Virgen de la Peña te acompañen siempre!; ¡a ti, querido amigo Antonio, y a tus lectores!

Día de San Roque, IV Centenario
del nacimiento de Baltasar Gracián

Fernando Solsona
Presidente del Ateneo de Zaragoza

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