Salvo mi primer libro,
una novela, dedicada a mis padres, todos los
siguientes lo han sido a mi esposa y a mis hijos y,
últimamente, además de a ellos, a CALATAYUD y a mis
nietos. Ahora no deseo romper la tradición y voy a
repetir la última dedicatoria, incluyendo a un nuevo
miembro de la familia.
A CALATAYUD
Y A TODOS LOS BILBILITANOS
de ayer, de hoy y de mañana.
Y de entre ellos, a
Manola,
Alberto José, Oscar Luis y
Sara María:
Mi esposa y mis hijos;
y a los suyos, que son míos
también,
en especial a mis nietos Irene
y Daniel,
y al último en venir, a Luis.
También a Julio José de
Carlos Arruego,
a quien tanto le debo.