Copla 2.
A principios de 1983, el hijo de un acomodador del teatro Capítol, me paró en la calle para decirme que cuando se puso en este teátro-cine la película de La Dolores, de Florián Rey y Conchita Piquer, con gran esfuerzo económico por parte de los empresarios, los señores Ibarra (vinateros) y el señor Pérez «El Flores» (pariente de uno de los propietarios de la posada de San Antón), como quiera que la película era mediocre, a pesar de la fáma de que iba precedida, el público no respondió y no fue a verla. El pueblo recogió este suceso en una copla:
«Entre el vino del tío Ibarra
y las mulas del tío Flores
no han tenido pa pagar
los gastos de la Dolores.»
Fin.