CARTA AL DIRECTOR
MUSEO DE LA DOLORES
réplica


Sr. Director de La Comarca: Acogiéndome al derecho de réplica, quien suscribe, D. Antonio Sánchez Portero, deseo puntualizar algunas de las opiniones expresadas en este semanario por el Excmo. Ayuntamiento de Calatayud, el pasado 17 de septiembre, sobre "el Museo de la Dolores".
Dice el Ayuntamiento: "En el mes de mayo de 1999 se inauguró el MESÓN DE LA DOLORES, en la plaza de los Mesones de esta ciudad, culminando un proceso de rehabilitación ejemplar realizado con un importante esfuerzo municipal." Pero no dice nada sobre mi decisiva e imprescindible colaboración, ni de mi esfuerzo para que esta rehabilitación pudiese llevarse a cabo, que es de dominio público.
Expone a continuación: "Con el fin de gestionar la explotación del Museo, el Ayuntamiento y la Asociación Cultural "La Dolores" suscribieron sendos contratos con fechas 26 de agosto de 1999 y 14 de mayo de 2001."
"A su vez, la Asociación Cultural "La Dolores" y D. Antonio Sánchez Portero, a la sazón presidente de la misma, firmaron, con fecha 13 de mayo de 1999 un documento en el que se establecían las condiciones de cesión de los fondos propiedad de este último y que, dicho sea de paso, le ha reportado, en algo más de cuatro años, una suma superior a los doce mil euros."
Decir esto es no decir nada, o decirlo con una parcialidad manifiesta. Los documentos no engañan. Y están ahí, en la página web www.ladolores.net Se encuentran al alcance de cualquiera. El primer contrato lo firmé yo, en nombre de la Asociación. En él sólo se trataba del Museo de la Dolores; y en una de sus cláusulas decía: "La Asociación Cultural 'La Dolores' tendrá atribuciones para la inclusión de las piezas que estime oportuno [documentos, fotografías, cuadros, libros, partituras, carteles y otras piezas], bajo la supervisión de D. Antonio Sánchez Portero, director científico del Museo, quien tendrá poder decisorio en los aspectos relativos a la historia y a la investigación sobre 'La Dolores' "
Antes, el 13 de mayo de 1999, había suscrito con la Asociación Cultural un acuerdo, voluntaria y libremente aceptado por ambas partes, en el que cedía los fondos de mi propiedad para ser expuestos en el Museo a cambio de un porcentaje de lo que se recaudase por las entradas.
Posteriormente, a pesar de mi vinculación con el Museo y de lo que represento en el tema de la Dolores, sin mi conocimiento y sin que se me consultase para nada, el Ayuntamiento y la Asociación, el 14 de mayo de 2001, suscribieron un nuevo contrato. En él, se segrega la bodega medieval del Museo de la Dolores y se crea sobre el papel un inviable Museo Etnográfico. Desaparece ni nombre y mi condición de director científico y se prescinde totalmente de mí, poniéndoseme sin justificación trabas para el desempeño del trabajo que había realizado hasta ese momento. Además, la Asociación incumple el contrato que teníamos firmado y que vencía en mayo de 2002.
En mi afán de concordia, pensando siempre en Calatayud, reduciendo a una cuarta parte el canon que percibía, propicié un nuevo acuerdo, en marzo de 2002, que tenía una duración de dos años. Pero al comprobar que este contrato no se respetaba, al caducar, obligado por las desatenciones recibidas, no lo renové y procedí a retirar mis pertenencias del Museo el pasado 11 de septiembre.
El Ayuntamiento comunica "dicho sea de paso" que la cesión me "ha reportado, en algo más de cuatro años [son cinco], una suma superior a los doce mil euros." No dice, sin embargo, aunque no sea de paso, que este dinero es más o menos lo que me he gastado en enmarcar los doscientos cuadros expuestos. Ni tampoco que el Ayuntamiento ha percibido treinta mil ciento cuatro euros, de los que si bien es cierto ha invertido en los gastos de azafata veintiún mil quinientos treinta y ocho, aún le quedan ocho mil quinientos sesenta y cinco euros.
Dice el comunicado: "...la rescisión del convenio sobre la cesión de fondos, entre otras ventajas permitirá la entrada gratuita al Museo", y "De esta forma se pone fin a una etapa y se abre otra llena de ilusión en la gestión del MUSEO DE LA DOLORES, en la que el interés general primará sobre el particular, al margen de protagonismos, con nuevos proyectos e iniciativas que mejorarán la oferta al visitante y, lo que no es menos importante, de forma totalmente gratuita para todos."
¿Para todos? ¿De verdad de la buena? Antes, pagaban un módico precio los visitantes por ver un Museo especialmente dedicado a la Dolores, un museo que además cumplía unos fines concretos en beneficio de Calatayud, como que se consolidara la reivindicación lograda de la Dolores, la manifestación de la universalidad de su Leyenda y la difusión del extraordinario patrimonio cultural que ha generado. Y, además, el Ayuntamiento recaudaba un dinero, que nunca viene mal.
Ahora, después de todos estos acuerdos democráticos, los visitantes, es cierto, entrarán al Museo gratis, un museo que está por crearse, mucho me temo que descafeinado, porque eso de que se "abre una etapa llena de ilusión, con nuevos proyectos e iniciativas" me suena a música celestial. Ahora presenta un aspecto desangelado y vacío, y defrauda a quien lo ha visto antes. Es gratis, pero...
Pero, a partir de ahora, el Ayuntamiento tendrá que pagar a la azafata, o sea, que pagaremos democráticamente todos los bilbilitanos, aunque no visitemos el Museo. Y se comete conmigo una injusticia flagrante, ampliamente documentada. Esto es de cajón. Para este viaje, solemos decir por aquí, no se necesitan alforjas.

Antonio Sánchez Portero

www.ladolores.net . Jueves, 23 de septiembre de 2004
LA COMARCA, 23 de septiembre de 2004